Aspergillosis Pulmonar en Paciente Pediátrico
Introducción: Aspergillus es un hongo filamentoso septado ramificado que puede inducir infecciones letales e invasivas en pacientes que padecen enfermedades autoinmunes o inflamatorias, así como en pacientes sometidos a trasplante de órganos y/o tratamiento de neoplasias malignas. Dado que la aspergilosis no es una infección de notificación obligatoria en muchos países, es difícil tener una estimación precisa del número de casos en todo el mundo. Aun así, la mayoría de los casos de esta enfermedad son esporádicos y ocasionalmente en pacientes hospitalizados, con una mortalidad reportada del 30% al 85%. El voriconazol es el fármaco recomendado en la aspergilosis invasiva, que es un agente azólico que inhibe la desmetilación del 14α-lanosterol dependiente del citocromo P450 (CYP 450) en la síntesis de ergosterol en la membrana celular fúngica. La importancia de este trabajo radica en la necesidad de reconocer en etapas tempranas esta patología, muchas veces diagnosticada en autopsias. Por ello, ofrecemos una perspectiva clínica sobre el abordaje integral de la aspergilosis pulmonar invasiva en un paciente pediátrico.
Caso: Varón de 15 años sin antecedentes de interés. Ingresó en el Hospital General de Puebla “Dr. Eduardo Vázquez Navarro” luego de sufrir un traumatismo en el hueso frontal del cráneo (patada por un equino). Tras su recuperación presentó fiebre a pesar de la administración de ceftriaxona y vancomicina, por lo que se añadió meropenem y se obtuvo cultivo de aspirado bronquial con reporte de Aspergillus fumigatus; una determinación positiva de galactomanano en aspirado bronquial; TAC de tórax con imagen en vidrio deslustrado en lóbulo superior derecho, consolidación a nivel de segmentos 6 – 10 derecho y atelectasia laminar basal derecha. En general, se realizó el diagnóstico de aspergilosis pulmonar y se inició tratamiento con voriconazol. Una vez estable, el paciente fue dado de alta con los siguientes fármacos: voriconazol, levetiracetam, carbamazepina, captopril, omeprazol, beclometasona y prednisona, así como seguimiento y consulta externa por las especialidades de pediatría, neurología, neumología y cardiología.
